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Cada día oímos hablar de enfermedades que nos afectan al inicio de este siglo y que representan una carga para la salud y que son motivo de incapacidad y muerte. Sin embargo, la presión arterial elevada es una enfermedad silenciosa que cada día va en aumento, tornándose en una de las mayores epidemias del siglo actual.

El día 17 de mayo se celebra el día de la hipertensión, momento que nos lleva a reflexionar sobre este flagelo. Pero como diagnosticar un mal que nos afecta de este modo, sin sentir nada. Se puede realizar de una de manera sencilla, con la toma de la presión arterial en 3 ocasiones separadas en donde se conste una presión sistolica, es decir la primera que se menciona igual o mayor que 140 y una presión diastolica igual o mayor que 90.

 

Esto representa un factor de riesgo para desarrollar enfermedad cerebrovascular, infarto del corazón, y enfermedad de los riñones. Por tanto, no hay que esperar sentir algo para tratarla. La hipertensión es una enfermedad que no tiene cura pero que puede ser controlada.

 

El tratamiento de la hipertensión arterial se inicia con cambios en el estilo de vida. Comer alimentos bajo en sal, eliminar la sal de la mesa, menos grasas, más frutas, nueces y vegetales. Realizar ejercicios aeróbicos o sea caminar, correr, bailar, andar en bicicleta, por lo menos tres veces por semana. Podemos afirmar que hoy en día contamos con muchos medicamentos para el control de la hipertensión. De manera que podemos encontrar el medicamento para cada paciente, realizar los ajustes necesarios, y así alcanzar un buen control, sin que se presenten efectos indeseables.